Diversos estudios demuestran que un consumo elevado de azúcar conduce a un mayor riesgo de caries dental y de sufrir otras patologías como la obesidad o la diabetes.
¿De qué manera afecta el azúcar a los dientes?
Al ingerir alimentos o bebidas azucaradas, parte del azúcar queda depositado en los dientes. Este sirve de alimento para las bacterias que se encuentran en la cavidad bucal de manera natural, favoreciendo su desarrollo y la formación de la placa bacteriana.
Con el paso del tiempo, la placa bacteriana puede producir daños en el esmalte, provocando lo que se conoce como la caries. Cuanto mayor es la cantidad de azúcar que obtienen las bacterias bucales y más deficiente es la higiene bucodental, mayores serán los efectos nocivos no solo sobre los dientes, sino también sobre las encías.
Efectos del azúcar en los dientes
La acción del azúcar en los dientes de cada persona dependerá de múltiples factores genéticos y ambientales. Hay personas que tienen mayor predisposición a sufrir caries, la cual se acentúa cuando la cantidad de azúcar en su ingesta diaria es elevada.
Por otro lado, los efectos del azúcar en los dientes no son inmediatos. Se requiere de un tiempo determinado para que las bacterias se multipliquen y se vayan depositando sobre dientes y encías, formando la placa bacteriana.
Estas son las principales formas en las que afecta el azúcar a los dientes:
- Formación de placa bacteriana:
El azúcar puede ser fácilmente degradado por las bacterias presentes en la placa bacteriana, favoreciendo su desarrollo y por tanto su capacidad de afectar la salud de los dientes y las encías.
Con el tiempo, si no hay una correcta eliminación de la placa bacteriana mediante el cepillado e higiene bucodental diaria, los minerales presentes en la saliva se irán depositando, formando la placa, una estructura sólida cuya única forma de eliminación es mediante una higiene dental realizada en la clínica dental.
- Aumento de la acidez:
Al consumir el azúcar, las bacterias presentes en la placa bacteriana liberan ácidos como principales desechos de su actividad metabólica. En contacto con el diente, estos ácidos erosionan y debilitan el esmalte dental, favoreciendo la aparición de la caries dental.
Cuanto mayor es la exposición de los dientes a estos ácidos, más desmineralización y debilidad sufrirá el esmalte.
- Aparición de caries:
A medida que los ácidos producidos por las bacterias la placa bacteriana va destruyendo el esmalte y los tejidos internos del diente, se forma una cavidad en la pieza afectada que se conoce como caries.Mientras que en un principio se trata de un daño leve, si no se trata a tiempo puede progresar hasta llegar a dañar las capas más profundas de los dientes, provocando dolor muy agudo, infección e incluso la pérdida de la pieza dental.
- Gingivitis:
La acción de las bacterias no solo se produce en las piezas dentales, sino que también afecta a las encías. La inflamación de encías o gingivitis se caracteriza por el enrojecimiento, dolor y tumefacción de las encías que pueden sangrar fácilmente durante el cepillado o el uso del hilo dental. Eliminando el agente causal, en este caso la placa bacteriana, es posible revertir la enfermedad.
- Rotura y pérdida de dientes:
La combinación de todos los efectos negativos que tiene un consumo excesivo de azúcar, junto con una insuficiente higiene bucodental, puede conllevar a la fractura de las piezas dentales e incluso la pérdida de estas.
En efecto, cuando el esmalte del diente está muy afectado, se producen grietas que acaban por romperlo. A medida que la infección gingival avanza, también debilita la raíz del diente, cursando con la pérdida de estos si no es tratada a tiempo.
Recomendaciones para limitar el efecto del azúcar en los dientes
Para evitar los efectos negativos del azúcar en los dientes, no es necesario eliminar este alimento de la dieta por completo. Una de las medidas más recomendables sería disminuir el consumo de azúcares hasta una cantidad adecuada, y poner en práctica las siguientes recomendaciones:
- Seguir una dieta sana y equilibrada.
- Cepillarse los dientes después de cada comida.
- Complementar la higiene bucodental con el uso de seda dental, cepillos interdentales y enjuagues bucales.
- Evitar tomar alimentos entre horas, especialmente si son azucarados.
- No abusar de los refrescos, zumos y otras bebidas con azúcar.
- Visitar al dentista con regularidad.